DARREN WALLER: El Camino de la Adicción | NFL

"Los errores no nos definen.”

de septiembre de: 1992

Su bisabuelo, Fats Waller, fue un prolífico pianista, compositor e innovador del estilo Harlem stride.

Creció en Colorado Springs; luego en Marietta, Georgia; y finalmente en Acworth, Georgia. 

Era tímido. Tenía memoria fotográfica. Admiraba al ala cerrada Jeremy Shockey. Amaba ver NFL Films.

Sus compañeros se burlaban de él por su color de piel, forma de hablar y vestir. Quería complacer a todos. Jugar football en North Cobb como QB y luego safety fue su forma de encajar.

Tenía talento, pero el físico de sus compañeros se desarrolló antes que el suyo. Se volvió suplente.

Probó analgésicos a los 15 años. Disfrutó la sensación.

Oxicodona, hidro, alcohol, marihuana, xanax, adderall, cocaína, éxtasis… las drogas se convirtieron en su identidad la siguiente década.

Fue expulsado del equipo de basketbol por dañar propiedad privada. Vivía sin control.

Se graduó como prospecto de tres estrellas con 122 tacleadas, midiendo 6’5’’ y pesando 210 libras. Entró a Georgia Tech como receptor heredero de Calvin Johnson.

No jugó en su año uno. Fue suspendido dos juegos por violar las reglas del equipo.

Rompía TVs en hoteles. Hacia trampas en pruebas antidoping cambiando sus muestras de orina.

Pese a ello, se graduó como Licenciado en Administración con 51 recepciones, 971 yardas y nueve touchdowns en tres temporadas.

Llegó al NFL Draft: 2015

Un coach de Patriots lo evaluó en entrenamiento privado. “Elige: puedes ser buen receptor o excelente ala cerrada.” Nunca olvidó el consejo.

#Ravens lo tomó con el pick 204 de sexta ronda, el receptor #29 de ese Draft.

En la primera junta de training camp, el head coach John Harbaugh retó al equipo.

“Si no aman el football, pueden irse”.

Darren Waller estuvo a punto de levantarse.

En #Baltimore fue reservado, aislado, impulsivo y ansioso. Sufría paranoia. No disfrutaba el juego. Luchaba contra sí mismo para ocultar su adicción, misma que compartía con el corredor Lorenzo Taliaferro.

Cerró su primer año en Reserva de Lesionados detrás de Steve Smith, Breshad Perriman, Marlon Brown, Michael Campanaro y Kamar Aiken.

Se convirtió en ala cerrada en su año dos. Sirvió de poco.

En: 2016

En: 2017

de agosto de: 2017

Despertó cuatro horas después en su Cherokee, sudando y asustado. Tocó fondo.

El 14 de agosto entró a rehabilitación por decisión propia. Se volvió positivo. Meditó. Practicó yoga. Escribió música. Se enfrentó a sí mismo. Despertó. Por fin era libre.

Trabajo siete meses en Sprouts Farmers Market colocando productos en anaqueles. Cobraba 11 dólares la hora. Disfrutaba tanto su trabajo que olvidaba recoger sus cheques.

Regresó a entrenar, consciente de que su carrera NFL estaba en condición crítica.

La NFL retiro su castigo. Durante su ausencia, Ravens tomó a dos alas cerradas: Hayden Hurst y Mark Andrews.

Fue cortado y puesto en el equipo de práctica. Lo aceptó con humildad.

En Thanksgiving de: 2018

Quedó maravillado. Lo firmaron en el avión de regreso. Su impacto fue inmediato.

TDs en: 2019

Firmó extensión por tres años y 51 millones de dólares. Hizo pública su historia en la serie Hard Knocks.

Fue líder de vestidor tras el arresto del receptor Henry Ruggs, la declaración de homosexualidad del liniero Carl Nassib y el despido del head coach Jon Gruden por correos racistas.

Inspiró a su compañero Maxx Crosby a superar su alcoholismo. Lloró a su ex compañero Lorenzo Taliaferro tras su muerte por sobredosis de coca ína y fentanilo.

Hoy lidera la Fundación Darren Waller para niños con adicción a las drogas. Lleva despensa a gente que vive en coladeras de Las Vegas. Se pasea por la naturaleza. Compone música. Se casó con Kelsey Plum, estrella de Las Vegas Aces.

Días después fue cambiado a los New York Giants por tercera ronda de Draft.

¿Cuál es El Precio Del Exito? Nadie lo sabe mejor que Darren Waller.